Que la logística y la sostenibilidad son ya dos palabras que van inexorablemente unidas no es una novedad para nadie. Cada día todas las empresas del sector dedican buena parte de sus esfuerzos a la obtención de una dinámica de trabajo en el que la sostenibilidad ambiental sea una premisa de partida y no sólo un objetivo deseable.
Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, el transporte de mercancías es el responsable del 25% de las emisiones globales de CO2 en España, lo que da una idea del impacto medio ambiental de este importante eslabón de la cadena de suministro.
Y si hablamos de transporte de productos, es imprescindible considerar de forma muy especial lo que concierne a la denominada “última milla”, en la que se entregan los productos al cliente final y cuya expansión, asociada al crecimiento exponencial en los últimos tiempos del comercio electrónico, ha llevado a convertir a esta última milla en uno de los elementos claves a la hora de implementar una auténtica estructura de logística verde por parte de las empresas.
Hay muchos aspectos que podemos considerar a la hora de reducir nuestra huella de carbono en todo aquello que concierne a la última milla, pero sin duda coincidiremos en que el empleo de vehículos que reduzcan los niveles de CO2 expulsados a la atmósfera es el más importante de ellos.
Así pues, la utilización de vehículos eléctricos, y muy especialmente de furgonetas o de vehículos con esa función, para el reparto final de mercancías, especialmente en el interior de nuestras ciudades, es de hecho una de las herramientas más eficaces de la que disponemos para reducir el impacto ambiental y por tanto mejorar la calidad de vida de aquellos para los que trabajamos. Además, las furgonetas eléctricas no tienen restricciones de acceso a las ciudades en escenarios de contaminación, lo que aumenta su eficiencia en el reparto.
En este momento, prácticamente todas las grandes marcas que fabrican vehículos industriales disponen de una extensa gama de furgonetas eléctricas destinadas al reparto, con capacidades medias de carga que van de los 700 a 1.100 kg y con baterías que oscilan en general entre los 37kWh y 70 kWh; lo que permite autonomías de trabajo entre los 200 y 300 km. Es decir, elementos de transporte perfectamente adecuados para el eslabón final de la cadena logística en la última milla, máxime cuando las recargas rápidas, hasta un 80% de la capacidad de la batería, se obtienen en periodos muy cortos de tiempo del entorno de los 40 minutos.
Pero estos nuevos modelos de transporte ecológicos obligan a tener en consideración unos espacios propios destinados precisamente a la carga de las baterías de los vehículos. Una consideración ya presente en todos los profesionales de la logística, que desde hace mucho tiempo han precisado de la ubicación de la zona de carga de baterías de los medios de manutención presentes en el almacén, tales como apiladores, carretillas, etc.
El valor aproximado de las baterías en una carretilla o medio similar supone alrededor del 30% del importe de esta, un porcentaje que se mantiene en ese entorno también en los vehículos particulares e industriales eléctricos, razón por la cual, desde siempre, los responsables de logística en una empresa han cuidado la instalación dedicada a la carga de un elemento tan valioso y sensible en la operativa diaria.
Al igual que en las carretillas, en los vehículos eléctricos un elemento determinante en el rendimiento y vida de su batería es una carga adecuada de la misma a través de la correcta elección del cargador y de un seguimiento adecuado de los protocolos de tiempos de carga.
Igualmente importante es considerar, en el diseño de un nuevo almacén o en el rediseño de uno existente, un dimensionamiento adecuado para el presente y especialmente para el futuro del espacio necesario para las labores de carga de los vehículos eléctricos de la empresa, tanto turismos como industriales, en base al número de desplazamientos con la aplicación de teoría de colas o cualquier otra técnica que permita un cálculo preciso de un espacio que podría convertirse en el futuro en un cuello de botella del sistema.
Seguramente pocos profesionales de la logística estén familiarizados con los diferentes tipos de conectores para carga de baterías, tales como el Yazaki (SAE J1722) el más sencillo que apenas tiene utilización en los vehículos de turismo en Europa (salvo UK y el norte de Alemania), pero que es uno de los conectores más usados en los mercados americanos y asiáticos o el Mennekes (IEC 62196 2) que actualmente es el conector homologado como standard Europeo, toda vez que la comisión europea, seleccionó en Enero de 2013, a este tipo de conector como enchufe de carga oficial de la Unión Europea.
Como resumen, podemos concluir que cuatro son los elementos determinantes que definirán una buena instalación de carga de baterías y por tanto en buena medida una operatividad óptima de la distribución de mercancía con una flota de vehículos eléctricos.
En primer lugar, la elección de los cargadores adecuados. Un error en la instalación del tipo de cargador puede provocar un rápido deterioro de las baterías de los vehículos y por tanto de la autonomía media prevista por el fabricante. Es desgraciadamente muy habitual ver como vehículos eléctricos de uso privado pierden en un periodo muy corto de tiempo, a veces en un año, hasta un 80% de la capacidad de carga y autonomía y esto es trasladable a los vehículos industriales incluso de una forma más aguda, dado el uso intensivo que realizaremos de los mismos. En esta materia, por razones obvias, no siempre el vendedor del vehículo es el mejor consejero.
En segundo, la determinación de la potencia instalada. Con una flota significativa de furgonetas eléctricas, habrá que calcular con precisión la necesidad de consumo eléctrico y las puntas de carga, atendiendo a los turnos de trabajo, horarios y picos de los mismos, dimensionando adecuadamente la instalación en relación con la potencia disponible. Esta consideración se hace aún más relevante dado que la partida económica derivada del consumo de las recargas es de gran importancia, debiendo establecerse un cuadro temporal de carga que tenga en cuenta los diferentes tramos horarios y sus tarificaciones.
En este sentido, conviene recordar las especificidades de los vehículos industriales, por lo que un instalador de cargadores de turismos (de carga fundamentalmente nocturna) sin conocimientos de logística y transporte, no necesariamente entenderá y programará de la manera adecuada un cargador industrial para una furgoneta de reparto que operará a lo largo del día.
En tercer lugar, es muy aconsejable el asesoramiento de un experto que lo sea al tiempo en carga eléctrica de vehículos a la par que en la logística de entrega y distribución. Este experto entenderá a la primera su problemática.
Y por último, en cuarto lugar, el dimensionamiento de la zona de carga. Como se ha dicho, el espacio de carga de los vehículos industriales eléctricos debe ser calculado de forma precisa, con ayuda de programas informáticos, atendiendo a los puntos anteriormente reseñados, al objeto de obtener un área funcional que no suponga ni ahora ni a futuro un embudo que merme la capacidad logística de nuestra flota.
En Dimensia, en nuestra condición de ingenieros dedicados en exclusiva a la Logística, fuimos conscientes ya en 2020 de la enorme trascendencia que este tipo de instalaciones tiene -y tendrá de forma aún más importante en el futuro más próximo- en la dinámica de trabajo diaria de los almacenes y de los enormes problemas que un mal diseño de las mismas puede acarrear a las empresas.
Siendo conscientes de la inexcusable necesidad de incluir desde este momento las áreas de carga de vehículos industriales eléctricos como una más de las secciones del almacén que requieren de un dimensionamiento y cálculo precisos en su espacio, elementos de carga y potencia instalada y adecuados a las circunstancias particulares de cada empresa, cofundamos la compañía instaladora de cargadores de vehículos eléctricos CTV-Carga tu Vehículo.
Carga tu Vehículo es una empresa que dispone de los técnicos adecuados para la perfecta definición e instalación de los cargadores necesarios para cada caso y para cada compañía, considerando además las posibles ampliaciones futuras.
Todos nuestros instaladores son titulados y siempre dirigidos por ingenieros, en colaboración con Dimensia, manteniendo nuestra premisa de que todos nuestros proyectos pasan por un cálculo informático y de ingeniería previo y precisamente en nuestra condición de ingenieros, conocemos la normativa (normas UNE) y nos adecuamos estrictamente a ella.
De igual modo, gestionamos cualquier posible subvención de la instalación, y contamos con todos los permisos oficiales necesarios para actuar como instaladores.
Al igual que en otras empresas colaboradoras de Dimensia, en Carga tu Vehículo hemos llegado a las instalaciones de carga de vehículos eléctricos a través de la logística y no a la inversa, lo que nos permitirá ofrecer siempre la mejor solución técnica para nuestros clientes.