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Carruseles verticales, el máximo aprovechamiento del espacio

17 de julio de 2024

Entre las múltiples posibilidades que existen en la actualidad para la preparación de pedidos automatizada bajo la estrategia “producto a hombre”, se encuentran los carruseles verticales, también conocidos como paternóster.

       
Los carruseles verticales están formados por una estructura cerrada de acero, con poca profundidad, pero gran altura, que integra un elevador motorizado y en cuyo interior se encuentran una serie de baldas rotativas en las que se ubican los productos. La parte inferior de esta estructura se encuentra abierta en una ventana de trabajo o abertura de servicio, de forma que el operario que se encuentra utilizándolo pueda extraer fácilmente el contenido de las bandejas durante la preparación del pedido.

El funcionamiento, tal y como el propio nombre del dispositivo indica, es el de un carrusel, donde las bandejas con los artículos giran como lo harían en una noria, desde las posiciones más elevadas hacia la abertura de servicio en la parte inferior donde pueden ser retirados por el operario.


Las técnicas de preparación de pedidos y picking basadas en el sistema “producto al hombre” suponen, en términos generales, un incremento de la productividad y eficacia, dado el ahorro de tiempo y esfuerzo del operario que se obtiene evitando desplazamientos innecesarios mediante su uso.


En el caso concreto de los paternóster, además, se suma una excepcional ganancia en lo que a espacio de almacenamiento se refiere, al poder utilizar toda la altura disponible en el almacén y ser un sistema de almacenaje compacto de alta densidad, con máxima capacidad sobre mínima superficie disponible. Pero, además, dadas las buenas velocidades de rotación que se obtienen actualmente en estos dispositivos, conectados al SGA del almacén y con un acceso muy rápido a los artículos almacenados, se obtienen, en consecuencia, altos rendimientos en las labores de picking.


El uso del sistema paternóster es especialmente útil en almacenes donde no se disponga de espacio suficiente y donde se busca una elevada velocidad en la preparación de pedidos. Son espacios de stockaje inteligentes que permiten almacenar la mercancía de forma ordenada, limpia y segura, reduciendo con su utilización el número de desplazamientos de los operarios y evitando la posibilidad de dañar los productos. Adicionalmente ofrecen mayor seguridad a los operarios, al guardar todos los productos en el interior de bandejas, evitando así el riesgo de posibles caídas de las estanterías, y comodidad ergonómica para los usuarios, que permanecen de pie y no tienen que agacharse o estirarse en la recogida.    

Este tipo de estantería rotativa automática permite instalaciones en alturas de hasta 10 metros, y se puede hacer de forma independiente, con una única abertura de servicio para recogida del producto en su base inferior, o bien conectada a varias plantas a distintos niveles con varias aberturas de servicio.

La utilización de sistemas “producto a hombre” consigue reducir casi a cero la posibilidad de error en la preparación, además, como elemento adicional de mejora en esta línea, el carrusel puede integrar en las aberturas de servicio sistemas pick to light, que indiquen de forma visual al operario que sección o caja de la bandeja contiene el producto a extraer. Sirven, por tanto, para hacer más eficiente el picking, ayudando al operario en las labores de retirada y depósito, mejorando las prestaciones y los consumos.


En los carruseles es posible afinar hasta el extremo la eficacia de la preparación de los pedidos, empleando técnicas de slotting en la disposición de los productos en las bandejas donde el operario los recoge, por ejemplo, ubicando en la parte central de las bandejas aquellos productos más solicitados y con mayor rotación, dado que están directamente al alcance del operario. Igualmente, la mayor o menor profundidad de la ubicación en la bandeja puede ser tenida en consideración a la hora de optimizar las ubicaciones.


Los carruseles son especialmente útiles para piezas pequeñas y variadas y para aquella mercancía que requiere una mayor seguridad en su almacenamiento, dado que además su utilización puede tener diferentes niveles de restricción según categorías de usuarios. Además, los almacenes automáticos en altura también contemplan el almacenamiento con temperatura controlada en un rango que va de +2 a +25 grados, garantizando la temperatura y la humedad requeridas en el almacenamiento de ciertos productos.

       
En cualquier caso, antes de decidirse por la instalación de un sistema automático de estas características, además de las consideraciones de aprovechamiento del espacio, es imprescindible realizar un análisis exhaustivo de la estructura de pedidos de nuestro almacén y calcular, teniendo en cuenta las especificaciones técnicas, el máximo número de ciclos que pueda ofrecer la instalación y por tanto la capacidad de servicio máximo que puede ofrecer y así decidir si es el equipamiento adecuado para nuestras necesidades.

En la actualidad, los carruseles o paternóster con movimiento tipo noria, debido a los problemas de equilibrio de cargas en las bandejas, a los de ruidos generados y a aquellos relacionados con su sistema de transmisión, están siendo sustituidos en buena medida por las denominadas “lanzaderas” o almacenes verticales automáticos, cuyo principio es semejante a la de los carruseles verticales, pero donde el movimiento se realiza interiormente mediante un dispositivo que, de forma similar a un ascensor recoge la bandeja correspondiente y la transporta hasta la abertura de trabajo. Estas lanzaderas serán objeto de una próxima entrada de nuestro blog.

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