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Empezando por el principio: Estudios de localización

12 de marzo de 2024

En un mundo globalizado, la localización se ha convertido en un elemento crucial para empresas y organizaciones que buscan expandir su alcance y llegar a un mayor número de clientes potenciales, bien sea desde una perspectiva nacional o internacional. La capacidad para localizar determinados productos, y su facilidad de acceso a los mismos, puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una empresa, de ahí que la inversión de una parte de nuestro tiempo y presupuesto en estudios de localización, nos permita conseguir enormes ventajes competitivas a la hora de fijar un nuevo emplazamiento para nuestra actividad.


A la hora de dimensionar un nuevo almacén, además del análisis logístico previo y el técnico correspondiente a la construcción del mismo, puede presentarse complementariamente el estudio de localización para la definición óptima de la ubicación de la nueva instalación. Como exponíamos al comienzo, la elección de la localización más adecuada para la empresa genera mejoras en la eficiencia en términos de costes de transporte, tiempos de respuesta en el servicio al cliente, mejora de los canales de distribución, tanto generales como capilares, y una mayor cercanía al cliente.

La localización del almacén es, por tanto, un aspecto determinante, tanto del grado de eficiencia logístico de la nueva instalación, como de la capacidad de crecimiento futuro. Del grado de eficiencia, por la extraordinaria influencia que la ubicación geográfica y la red de comunicación del entorno tiene en relación con la mayor o menor facilidad de distribución de los productos a nuestros clientes; y de la capacidad de crecimiento futuro, porque la construcción de una nueva instalación logística en un determinado lugar puede suponer una oportunidad de captación de nuevos clientes potenciales, especialmente relevante en el caso de ubicaciones con grandes núcleos de población en el entorno.


Para la elección de la nueva ubicación han de tenerse en consideración especialmente los siguientes factores:

 

·       La capacidad de almacenamiento precisa para el momento actual y, sobre todo, para el futuro previsible; así como expectativas de crecimiento en productos actuales o de futura comercialización.


·       Los costes de transporte y distribución tanto de los productos que comercializamos o producimos hasta la nueva instalación, como desde esta hacia los clientes.


·       El número de clientes y la localización de los mismos en toda el área de distribución actual de la empresa y, en definitiva, el grado de cercanía a nuestro Mercado.


·       La estructura de pedidos, en cuanto a número de unidades, líneas día, etc. por áreas de distribución, así como la curva de evolución de demanda de dichas áreas.


·       Los costes del suelo, construcción y equipamiento necesarios para la nueva nave en los diferentes emplazamientos posibles.


·       La disponibilidad de mano de obra cualificada en el entorno en estudio.


·       Aspectos legales relativos a las Administraciones competentes y su mayor o menor rapidez para la concesión de licencias, así como lo relativo a la tributación correspondiente.


·       Seguridad en el entorno en general, y en los polígonos de referencia en estudio en particular, en evitación de posibles robos.


Con todos estos análisis, se determinará la ubicación óptima de la nueva implantación que, en cualquier caso, debe ser analizada con la dirección de la empresa, ya que además de los criterios estrictamente técnicos, pueden entrar en consideración factores subjetivos, que pueden tener que ver con la historia y cultura de la empresa que sin duda deben ser considerados.

El modelo escogido para determinar la aproximación de la localización del nuevo almacén normalmente será el método de la cuadrícula o del centro de gravedad. El método nos proporcionará, como decimos, una aproximación, pero para determinar la localización de una manera concreta, tendremos que examinar la disponibilidad de suelo industrial en el entorno y su precio, así como el grado de proximidad y accesibilidad a la red principal de transporte terrestre, marítimo, aéreo, de puertos francos, etc.

Un correcto estudio de localización puede permitir a las empresas expandirse más allá de sus mercados locales y llegar así a mercados internacionales, aprovechando nuevas oportunidades de crecimiento y expansión.


El análisis de localización -a partir del grado de conocimiento que tengamos del futuro previsible de la compañía- tendrá también en consideración las posibilidades de expansión de la empresa en dicha ubicación, así como la mayor o menor flexibilidad que la nueva ubicación aporta para una posible futura diversificación del negocio o incluso para el funcionamiento como operador logístico de la empresa, si es que esta es una de las posibilidades que queremos incluir en el análisis.


En resumen, el estudio de localización del nuevo almacén debe realizarse atendiendo a dos análisis principales:

 

  • La comparativa de costes logísticos, de transporte y distribución entre la ubicación actual y las nuevas propuestas.



  • El incremento de clientes y/o pedidos que se obtendría con el traslado de almacén versus el coste de oportunidad de pérdida de clientes y/o pedidos en la ubicación actual.

 

En definitiva, los estudios de localización son una herramienta imprescindible para empresas que buscan expandir su presencia y conectar con el mayor número posible de clientes de manera efectiva. Aplicando los principios de la localización, las empresas pueden, por tanto, conseguir con mayor facilidad el éxito en un mercado globalizado.

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